Mi deseo es que consigamos ser referentes en juegos con productos que demande el mercado y con una remuneración adecuada y actualizada
“Mi deseo es que consigamos ser referentes en juegos con productos que demande el mercado y con una remuneración adecuada y actualizada”
Entrevistamos a Borja María Muñiz, responsable de la Administración nº 5 de Gijón y secretario de ANAPAL. Queremos conocer el lado más humano de los Administradores de Loterías para descubrir algunas de sus inquietudes y los entresijos de esta profesión.
¿Cuántos años llevas al pie del cañón en tu negocio?
Pues si no me equivoco, porque yo para el cálculo de los años soy bastante negado, llevo al frente de mi administración 27 años de los que 12 son como titular. Mi Administración lleva abierta desde 1942 y siempre en manos de mi familia. Soy la tercera generación y espero que mis hijos, si ellos quieren y el mercado se lo permite, puedan seguir con el negocio.
Define en una frase lo que supone para ti ser profesional de la Lotería.
En una frase es difícil, pero lo voy a intentar: “Conseguir que cada cliente vuelva a tu administración”. Saber responder a cualquier duda que tenga, no titubear ante nada, conocer bien los entresijos de nuestro trabajo y nuestros productos, saber tratar al cliente, etc. Por suerte, nuestra Red de Ventas está llena de profesionales de la lotería. Yo aspiro a ser tan profesional como muchos de ellos.
¿Y lo peor de tu oficio?
Recuerdo hace años que me preguntaron esto mismo y mi respuesta fue contundente: nada. Yo soy lotero, me encanta serlo y disfruto con mi trabajo pero, por supuesto que hay cosas que no son buenas, como la responsabilidad brutal que tenemos al precio que nos la pagan. Nuestro sistema de comisiones debe actualizarse ya y no es lógico que en sorteos como el de Navidad nos castiguen, cuando trabajamos mucho más y cuando gracias a nuestro trabajo la empresa consigue los mejores resultados.Es algo tremendamente injusto.
¿Has llorado alguna vez en tu Administración? ¿Por qué motivo?
Si, y no por haber repartido un premio como cabría esperar. Hace 10 años, en abril de 2010, falleció mi hermano Julián y ocurrió en la madrugada de un viernes a un sábado. Ese sábado, bien temprano y al poco o nada de ocurrir, tuve que ir a la Administración a hacer la devolución y a esperar su recogida (hace 10 años la recogían los sábados). Fue duro, muy duro estar allí porque mi hermano trabajó en la Administración antes de que entrara yo y gran parte de lo que hoy es este negocio se lo debo a él y a sus impagables ideas comerciales. Son momentos en los que la cabeza va a mil por hora y se complica controlar los sentimientos. Independientemente de esto, soy de lloro fácil y me emociono casi con cualquier cosa. Espero hacerlo pronto por repartir un gran premio.
¿Cómo es tu relación con los clientes?
Casi familiar, después de tantos años. Hay de todo, pero con los que me llevo bien les tengo verdadero cariño. También los hay no tan amables que te llegan a sacar de quicio o incluso los que ves que van a buscarte las cosquillas, pero uno va haciendo callo y ya casi los descubres a distancia. Por suerte, la mayoría son del primer grupo, de los que son como de la familia.
¿Puedes contarnos alguna anécdota de alguno de ellos?
Anécdotas hay muchas, muchísimas, pero lo que pasa es que a todos nos ocurren las mismas o muy parecidas. Al fin y al cabo, e independientemente de que yo esté en Asturias y otro esté en Tenerife o en Ceuta, las anécdotas se producen de manera muy similar para todos.
¿Cómo es tu relación con el resto de miembros de la Junta?
Estaría gracioso que yo ahora dijera que mi relación con ellos es mala, pero mentiría como un bellaco. Tengo una relación fantástica y presumo de ello. Nuestra complicidad es brutal y lo es porque todos queremos lo mismo. Somos loteros de estar 7 días a la semana en la ventanilla, nos encanta ser loteros y eso nos lleva a que formemos un equipo perfecto. Además, nos lo tomamos muy en serio, que aunque parezca una tontería decirlo, no lo es. Hablamos o nos mensajeamos todos los días (temas profesionales) y debatimos cada una de las decisiones que se toman. Nos alegramos de lo bueno y nos disgustamos con lo malo. No creo que exagere cuando digo que para mí son algo más que compañeros y mi relación con ellos es impresionante, lo cual siempre se lo agradeceré a todos y cada uno que desde el primer momento me acogieron de manera inmejorable.
Desde el año pasado ANAPAL está desarrollando los Diálogos 4.0, una gira por toda España para acercarse a los profesionales del sector y escuchar sus demandas. En todas ellas la acogida ha sido muy buena. Pero si tuvieras que elegir una… ¿Con cuál te quedas?
Ups, pregunta trampa. Que nadie se me enfade, pero voy a ser sincero: como ciudad, sin dudarlo, Málaga que me ha encantado ya desde el aire al aterrizar. Creo que hacía mucho tiempo que no tenía ese enamoramiento con una ciudad que no conocía. Tecnológicamente, Barcelona y como público el de Santiago, que mostró un gran compromiso y participación, pero con esto no quiero decir que el resto fuese malo. Hemos tenido suerte y conseguimos que la mayoría de los asistentes salieran de los Diálogos con una opinión favorable y eso es muy satisfactorio.
¿Crees que la iniciativa ha servido para abrir la sociedad a todo el colectivo?
Eso me gustaría pensar y con esa intención se hace. Desde el primer momento quisimos enseñar a todo el gremio nuestro trabajo y, sobre todo, nuestra forma de trabajar. Las personas que han tenido la oportunidad de acudir a estos Diálogos 4.0 lo han comprobado y así nos lo ha manifestado la inmensa mayoría. Personalmente ha sido una experiencia muy satisfactoria y espero que mi sentimiento sea recíproco.
¿Por qué te has sumado a ANAPAL?
Yo, y lo tengo que reconocer porque es así, era de esas personas críticas con ANAPAL y que muchas veces manifestaba mi descontento de forma pública. Quizás me dejaba llevar por una corriente de opinión tóxica que a la larga no me llevaba hacia ningún lado. Pero quise salir de esa corriente tóxica y comprobar yo mismo cómo se trabajaba, a la vez que iba conociendo personalmente a la gente de la Asociación. Desde el primer momento pude comprobar lo equivocado que estaba y lo bien que se hacían las cosas dentro, el interés que muestran por nosotros y no tuve ninguna duda de que mi sitio era ese. Hoy, unos años más tarde, lo tengo clarísimo y estoy muy orgulloso de pertenecer a su Comité Ejecutivo. Además, estoy muy tranquilo porque sé lo que hacemos y cómo lo hacemos y ojalá mucha gente que todavía sigue la corriente tóxica en algún momento se parara a pensar como yo lo hice en su día.
¿Cuál es el reto más difícil para el colectivo?
Es marzo de 2020 y estoy contestando esta entrevista en el que, sin ninguna duda, es el peor momento económico y social para todos, con nuestros negocios cerrados, con la actividad completamente parada y con una situación sanitaria que da verdadero pánico. Salir de esto es el reto más difícil. Tenemos por delante mucho que reconstruir y que recuperar y no va a ser sencillo. Sólo espero que entre todos lo consigamos porque nadie imaginábamos algo así hace 3 meses. Es terrible.
¿Y tu deseo para el futuro próximo?
Volver a la normalidad. Ese es mi simple deseo. Lo siento por quien dice que nos suban las comisiones, lo siento y quizás no sea lo más correcto, pero es que ahora mismo lo único que deseo es volver a la normalidad de hace unos meses. Y si obviamos la realidad actual, mi deseo es que sigamos muchos años, que consigamos ser una empresa potente y referente en juegos con productos que demande el mercado y, por supuesto, con una remuneración adecuada y actualizada.
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*Entrevista publicada en el Boletín nº 67